miércoles, 22 de junio de 2011

Insane Tripping: Maundy Thursday

Creo que podríamos decir que tengo suerte en los feriados religiosos. Este blog comenzó cerca a esas fechas hace muchos años, y los primeros artículos trataron sobre mi relación con esta celebración. Bueno, mas que con la celebración en sí, con la gente y su comportamiento en esta clase de celebraciones. Esta vez aprendí que las personas siempre quieren viajar. Y lo aprendí a la mala.

Luego de una divertida partida de D&D con amigos del colegio el día anterior me disponía a realizar un viaje a cierta playa de Asia donde con buena compañía me disponía a pasar los feriados. Como ya es costumbre para mi, a las 7:00 am me dispuse, con mochila al hombro, a tomar un ETRAMUSA que me llevaría hasta la Vía Expresa [aka Paseo de la República]. La siguiente parte del recorrido era vía Metropolitano, que tengo que admitir se ha vuelto una suerte de desfase mental: cada vez que voy a una hora donde no este abarrotado de gente, me siento en otro país. Casi me da pena bajarme. Todo el recorrido ya lo tenía en mente. Compre un jugo Selva en el grifo. Obviamente de naranja. Es refrescante. Y quizás es el único jugo que sabe a naranjas de verdad y no solo a anaranjado.

Finalmente me baje en la estación México. Camine unas cuadras hacía la estación de Soyuz/Perú Bus. Ahí comenzó mi sorpresa. Fuera del gran terminal había una larga cola en la calle. Changos.

Foto: No es un concierto de Reggeaton. Curiosamente en la foto se deberían ver 3 filas. 
La estación era un caos. La calle otro. Y la caja un caos mayor. Eran las 8:00 am, y después de semi-blinkear  entre filas llegue a una de las cajas. Le dije si me podía dar un boleto. "Los tickets de las ocho se acabaron a las cinco de la mañana" -respondió ¿Qué demonios debe hacer alguien en esta situación? Compré el único que tenía sitios libres -12 pm-. Los pagué, obviamente me acuchilló la billetera -imposible no subir precios a la e cuando hay festividades-. Me senté en una solitaria esquina, en el suelo. Jugué algunos jueguillos del iPod, tengo que admitir que un juego de rol hace que el tiempo se pase volando. Ya cansados los dedillos, me compre un Perú 21, de hecho el último que estaba en el puesto dentro de la terminal. Siempre con un buen alligator me dedique de fondo al crucigrama, no logre terminarlo, pero me contente con llenar todo lo que posiblemente sabía [nota mental: hacer mas crucigramas].

Finalmente dio la hora prometida y aborde el susodicho ómnibus. Nos hicieron abordar 15 minutos antes, me acomode en mi asiento y le puse The Verve a fondo, para preparar mi subconsciente para un viaje onírico exquisito. Me sorprendí cuando vi al "cobrador" del ómnibus, poner el típico vídeo del viaje. Normalmente siempre se mandan con la colección de Steven Seagal  o algo así de ridículo [como películas de Wormholes etc]. Pero, como dije, me sorprendí.

Épico. Sin otro comentario.
Quizás no lo vean muy bien, no es una buena foto. Era un DVD con vídeos de singles de The Verve, exacto, justo lo que estaba escuchando. Fueron los 45 minutos mas etéreos que pude vivir en un Soyuz. Estos tipos realmente saben hacer música. Etéreo.

La carretera fue otro desliz astral. Quien diría que había cola desde Circunvalación hasta Alipio Ponce y luego desde el peaje, hasta casi Pucusana. En total conté 5 accidentes, el 4to fue un choque quintuple. Las colas en cada parte de la carretera me hacían recordar a Evitamiento y su fragilidad. De eso escribiré en el futuro, pero sinceramente todo el mundo quiere irse el Jueves Santo. Todo hasta los mariachis-mariachis.

Kilometros de cola en el famoso peaje de 5 lucas. Too much.
 En las siguientes festividades pensaré bien que hacer. Creo que con esta experiencia veo que la gente tiende a migrar. Me fijaré a donde no van e iré ahí. Adiós masa del mal. Adiós Mariachis-Mariachis. Te extrañare DVD de The Verve.

Adiu.

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